sábado, 31 de diciembre de 2011

Cinco minutos más...

Quizá me he quedado dormida y todo no es más que un sueño. Quizá mañana despierte y siga malgastando mi vida con el mismo capullo, siga viviendo con mis padres, ahogándome en esta ciudad, estudiando algo que detesto y condenada a un futuro sin felicidad. Si es así…que no me despierten, que me dejen seguir soñando.

Qué quieres que te diga, después de haber sobrevivido al peor año de mi vida (2010), el 2011 no empezó mucho mejor…pero ha resultado ser el cambio que necesitaba (aunque, por desgracia, no me haya tocado la lotería).

Y aun a riesgo de caer en un tópico…sí, voy a hacer una lista de lo más importante que me ha pasado en este año (o lo mejor que me ha pasado, que, por suerte, es lo mismo).
Lo mejor de esta lista es que casi todo son personas, por lo que seguirán conmigo (espero) en el 2012.

- Liberarme del cáncer llamado Diego con el que cargaba hacía ya más de dos años.
- Poder vivir de verdad.
- Recuperar a mi familia y a mis amigas y aprovecharlas al máximo.
- Ricardo, sus ojos, sus charlas cerveceras y sus besos.
- Verano espectacular: Demasiadas idas de olla, viajes, conciertos, FIB, ArenalSound, San Lorenzo...
- Ángel y sus pajariqueos.
- Salamanca, bonita, preciosa.
- Poder estudiar la carrera que me encanta.
- La de fiestas que me he pegado sin pensar más.
- Javi y sus torpezas.
- Conocer a gente insuperable: Manu, Adri, Cris, Bea...
- Mario, sus cosquillas y su nomepuedoenfadarconél.

Unas cosas más importantes que otras, pero imprescindibles todas. 

Felicidad inmensa, ésa que yo sólo solía sentir en sueños.
¡No me despiertes! Dame cinco minutos más...que se conviertan en toda una vida a partir de ahora.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Voldemort (o las palabras prohibidas).

[Después de empezar unas quince veces esta entrada...venga, va, a apechugar. Tengo muy claro lo que quiero decir, pero parece que mis palabras están en huelga...pues no voy a ceder, aquí o se trabaja o se trabaja.]



¿Sabes? Es como ese momento en el que dejas de oír a tu alrededor, en el que el aire se vuelve espeso y de repente hay menos luz. Millones de ideas aparecen de la nada y revolotean, se cruzan entre ellas a velocidades incalculables. Pensamientos contradictorios como destellos fugaces, que te marean y dificultan tu respiración.
Y tú, con la mirada fija en un punto, tensión en el cuello, el corazón vibrante, la piel a punto de evaporarse y labios entreabiertos, no dices nada. Dejas escapar el aire y algo se cabrea dentro de ti, vuelves a la realidad. ¿Por qué no lo dices? ¿Por qué te lo callas?

No me digas que no estabas segura, lo estabas sintiendo. No me digas que ya no sabes si es o si sólo quieres que sea. No me digas que estás esperando a que llegue el de verdad, el que no te haga dudar.
Te crees que controlas, que sabes cuándo vale la pena y cuándo es uno más. ¿Acaso no te ha enseñado ya la vida que en eso te puedes equivocar? ¡Aaay, tonta, más que tonta!
Además, ¿sabes qué?, decirlo siempre que te venga a la mente no lo hace menos especial.


Vamos a hacer una cosa: Dile a tu cabecica que no hable tanto y que se dedique a los estudios de una vez. Aprovecha todo lo que puedas, déjate llevar y que sólo te frene tu sentido común. Total, mucho más no te pueden joder, ¿no crees?

sábado, 3 de diciembre de 2011

Sí, es mi monotema.

Qué difícil nos resulta humanizar a nuestros ídolos. Y es que todos tenemos a alguien idealizado, y reconocer su imperfección, sus fallos…no es tan fácil como pueda parecer.

Mi caso es el de Nacho Vegas: cantautor favorito, compañero inseparable de viajes, de cualquier tipo de tarea, opiáceo por excelencia, amigo con empatía insuperable, depresivo esencial. Vamos, que no me lo cambien.
Siempre que enciendo mi mp3 o el ordenador abro la carpeta 'Nacho Vegas', la pongo en modo aleatorio y empiezo a recitar canción tras canción, de memoria. No me canso. Está claro que no todas las canciones me encantan, ni me parecen igual de buenas, pero mi opinión sigue manteniéndose.
Sin embargo, un fantasma me persigue desde que escuché su última creación, “Cómo hacer crac”, y quiero deshacerme de él de mi forma preferida: escribiendo.

Hablando sinceramente: Todos sus discos/EPs, hasta “El género bobo” (2009), son, a mi parecer, puras obras maestras. De la primera canción a la última, destacando algunas como El hombre que casi conoció a Michi Panero, El ángel Simón o Dry Martini S.A., y obviando algunas otras como Maravillas de la condición humana.
Por ello no es de extrañar que, tras dos años esperando que sacara nuevo material, y visto lo visto, la expectación fuera enorme y la decepción peligrosamente probable.

Así, en 2011, cuando devoré por primera vez “La zona sucia”, mi cara se asemejó bastante a la famosa “pokerface”. Ni bien, ni mal. Esperaba más, la verdad, pero seguía siendo ‘mi Nacho’.
Una vez escuchado y reescuchado cientos de veces, puedo dar una valoración más fríamente, y sería algo como: Letras más flojas, poco atrevidas, música más endeble y lineal. Pero sigue teniendo su encanto.
¿Mis favoritas del disco? La gran broma final, Incendios y Lo que comen las brujas, aunque depende del momento. Todavía así puedo decir que ha conseguido ganarme, estoy exagerando bastante para poder quitarme este peso de encima.
Incluso fui a su concierto el 1 de abril en la sala Oasis de Zaragoza y me enamoró (más aún), aunque fuera tan borracho que no pudiera ni abrir los ojos, logró hacerme llorar con Va a empezar a llover.

Bueno, de todas formas yo seguía con la esperanza de que Nacho volviera a sus canciones desgarradoras y sin escrúpulos. Entonces llegó “Cómo hacer crac”. Un EP que tenía la intención de ser mucho más concienciado, más maduro (con canciones como la que pone título al EP o Dos bandos).
Aún no lo he escuchado lo suficiente como para juzgar de una manera más o menos objetiva, pero de momento lo que puedo decir es más de lo mismo, me ha dejado a medias…aunque me gusta la idea, y me gusta Relato de un error; no me gusta Mi nueva vida, ni la nueva tendencia de la voz de Nacho a abusar de esa ‘dejadez’ al final de las frases que se hace notar en estas canciones.

Tiempo al tiempo.

Que conste que no estoy decepcionada, simplemente necesito más margen para la asimilación. Vegas va a seguir siendo uno de los mejores cantautores españoles (y esto ya no es subjetivo), por mucho que pudiese meter la pata, ya está en la Historia. 
Yo seguiré usando sus canciones, sus frases, como referencia. Seguirá siendo mi monotema.



jueves, 1 de diciembre de 2011

Cuando te quema el frío si me coges de la mano.

 Arranque que me ha dado nada más despertarme de la siesta (hará menos de dos horas). Ha sido una sensación tan primitiva que esto ha de significar algo sí o sí, el tiempo dirá.


Partes, cuando partes.
Huyen despavoridas:
las que pueden se refugian en tu pelo,
las que no te retan,
simulando témpanos de hielo,
que arden cuando no miras.
Están hambrientas, te desean.
Se alimentan de tu sombra,
dibujan titanes ante tu ventana.
¿Después? Pánico, polvo, ceniza.
Mil pedazos se desprenden de mí,
necesitan tu piel cobriza,
te inventan de la nada.
No quieren oír.

Qué hambre, qué lío mental, qué coño estoy haciendo. 
Hoy no puedo pensar, no doy para más.

PD: Mi admiración hacia Sabina no hace más que aumentar, ¿quién no querría saber escribir como él?